jueves, 10 de junio de 2010

La voz nunca envejece

La Casa de la Cultura Ecuatoriana continúa fomentando las artes en sus instalaciones. Cientos de personas acuden cada día para ensayar alguna disciplina. La música, danza, teatro, pintura y cine son las preferidas. La posada del arte, no se ha olvidado de los más viejitos. Cada lunes y miércoles el Coro de la Edad de Oro nos deleita con sus voces.

La sala Jorge Icaza, recibe a los cantantes de la tercera edad de 09h00 a 11h00. En estas horitas, los ancianos ensayan los temas de su repertorio para sus presentaciones. La música nacional es su fuerte. “Ahorita estamos sacando Maíz del sol y Ángel de luz”, indica amablemente Guillermo Castro, organizador del ensamble vocal.

El coro está conformado por 20 artistas, bajo la dirección del maestro de canto: Pablo Freire. Los cantantes interpretan los temas a tres voces, a distintos registros de voz, para embellecer la armonía y dotar de color a su música. El Coro de la Edad de Oro, lleva ocho años ensayando, preparándose para sus recitales en la sala Demetrio Aguilera Malta.

Elsa Patiño se levanta de su asiento y se coloca en la mitad de la sala. Inesperadamente suelta unas melodiosas notas que impresionan a sus compañeros. “En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse…” Inmediatamente todos reconocen el clásico bolero, que Armando Manzanero lo llevó a lo más alto: Inolvidable.

Para los artistas de la tercera edad, cantar no es sólo poner música a la letra de una canción, es vivir la canción, emocionarse y vibrar con su letra. Los viejitos se entregan totalmente a la música y producen armoniosos sonidos para deleitar a su público.

La voz es el único instrumento musical que no envejece y nos regala su belleza eternamente. Los ancianos disfrutan de crear arte y compartir con sus amigos.

Fotografía: El Comercio

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