lunes, 7 de junio de 2010

Tetragrama: La otra historia patria


El Patio de Comedias recibió este domingo patrio, a un grupo de alrededor de 120 personas para observar la obra “Tetragrama”, una versión libre de Luis Miguel Campos, que relata la historia “no contada” del Ecuador y sus consecuencias con toque lúdico y humorístico.


A las 18h30, el salón teatral estaba por dar inicio a la obra. Tras tres campanazos se hizo la oscuridad y comenzó la representación. Sobre el escenario yacían de pie cuatro mujeres de diferentes generaciones: abuela, madre, hija y nieta. El público inmediatamente reconoció a dos de las actrices con más de 20 años de experiencia en el teatro: eran las “marujitas”, Elena Torres y Juana Guarderas.


La nieta le pide a la abuela que cuente una historia, y a través de ella, se van narrando diversos episodios de la historia ecuatoriana. La conquista, contada por un indígena (Juana Guarderas) en “quichua” que se deslumbró ante la llegada de los conquistadores. “La uva y la naranjilla se unieron, la tierra y el vino dieron a luz a otra raza: los mestizos”.


El rey de España (Elena Torres), discutía con Fray Bartolomé de las Casas sobre si los indios tenían alma. “Hombre, pero si les he preguntado en el mejor castellano, si tienen alma y no me responden, los indios no tienen alma”, afirma el rey. De las Casas, intenta explicar sin éxito, que los indígenas no entienden su lengua. La discusión es traducida por un indígena, que habla en una graciosa mezcla de idiomas. La gente ríe sobre la supuesta traducción que éste realiza.


Ante los desastres naturales que ocurrían en Quito, las actrices representan irónicamente a Marianita de Jesús, quien “entregó su vida para salvar a los quiteños de tanto desastre”. En tono burlesco se topa a la religión católica, que según tantos “ave María” salvó la ciudad de la erupción de los volcanes.


De la parte inferior del escenario, se despliegan un par de maquetas. La primera en representación de la Plaza San Francisco y la segunda, del interior de una sala tradicional quiteña. Sobre ellas las mujeres, cuentan la historia de los próceres de la patria con títeres. Se recuerda a Manuela Cañizares y las hijas de Quiroga, y la matanza de agosto de 1810.


Las mujeres de las cuatro generaciones se reúnen, la madre e hija no quieren dejar salir de la casa a la nieta, no le quieren dejar conocer el mundo exterior. La abuela motiva a la niña a salir. Finalmente la joven escapa de las historias del pasado y huye al campo, la obra concluye con una frase que impacta al público: “la historia ya no será la misma…”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario