La sala Jorge Icaza, recibe a los cantantes de la tercera edad de 09h00 a 11h00. En estas horitas, los ancianos ensayan los temas de su repertorio para sus presentaciones. La música nacional es su fuerte. “Ahorita estamos sacando Maíz del sol y Ángel de luz”, indica amablemente Guillermo Castro, organizador del ensamble vocal.
El coro está conformado por 20 artistas, bajo la dirección del maestro de canto: Pablo Freire. Los cantantes interpretan los temas a tres voces, a distintos registros de voz, para embellecer la armonía y dotar de color a su música. El Coro de la Edad de Oro, lleva ocho años ensayando, preparándose para sus recitales en la sala Demetrio Aguilera Malta.
Elsa Patiño se levanta de su asiento y se coloca en la mitad de la sala. Inesperadamente suelta unas melodiosas notas que impresionan a sus compañeros. “En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse…” Inmediatamente todos reconocen el clásico bolero, que Armando Manzanero lo llevó a lo más alto: Inolvidable.
Para los artistas de la tercera edad, cantar no es sólo poner música a la letra de una canción, es vivir la canción, emocionarse y vibrar con su letra. Los viejitos se entregan totalmente a la música y producen armoniosos sonidos para deleitar a su público.
La voz es el único instrumento musical que no envejece y nos regala su belleza eternamente. Los ancianos disfrutan de crear arte y compartir con sus amigos.
Fotografía: El Comercio
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