viernes, 14 de mayo de 2010

Pedro Enciso Ruvalcaba, un ser de luz

Sobre la pared blanca, al fondo de la estancia se destaca una gran cruz de madera, que tiene impregnadas las palabras: saber, querer, osar, callar. Un fuerte y penetrante olor a incienso invade el lugar y le da un toque místico. Doña Lidita, una amable anciana, representante de la Logia Blanca de Quito, nos invita a pasar a la sala de su hogar en donde ha organizado una pequeña conferencia. Algunas personas se encuentran conversando mientras esperan al Maestro Pedro Enciso, quien ingresa repentinamente en el lugar y se hace el silencio.

El Maestro viste completamente de blanco y lleva una capa que le cubre hasta los tobillos. Trae cabellos largos y canosos, junto con una poblada barba. Inicia su charla hablando sobre las Eras del planeta tierra y sobre los astros que predominan en ellas. Dibuja un círculo en la pizarra y lo divide en 12 fragmentos que corresponden a las constelaciones, como Aries, Piscis, Acuario y nos explica que estamos en la Era de Acuario.

-Esta es la Era del “yo sé”, la Era del saber. Acuario es un signo de aire, por lo cual el conocimiento se expandirá a través del aire. Es por esto, que actualmente vemos el gran desarrollo tecnológico en telecomunicaciones y en aviación, señala el Maestro, mientras acaricia su frondosa barba y deja entrever una cruz que lleva colgada en el pecho.

-Cada Era en el planeta dura 2.160 años aproximadamente y va rotando paulatinamente alrededor del sistema solar, hasta completar 30° y dar paso al nuevo signo que regirá a la época. Cada una de las Eras cumple con un objetivo esencial para la evolución del ser humano. Aries, por ejemplo, vino a impartir el valor. En aquellos tiempos hubo grandes granes combates y guerreros. La Era que precedió a la actual, fue la de Piscis, en donde predominó la fé y Cristo fue su gran Maestro- explica a los asistentes que lo observan con atención.

El olor a agua de rosas que se desprende del cuerpo del Maestro, hechiza a los presentes que se sienten muy relajados. Hay una atmósfera tranquila y de paz en el lugar. Las horas pasan inadvertidas y el tema central de la conferencia se agota. Hay un gran interés por conocer sobre la vida de este Maestro, que es un personaje de las Logias Blancas en América Latina.

El Maestro Pedro Enciso nació en México, en la ciudad de Aguascalientes. Actualmente tiene 76 años de edad y es Gurú (Maestro Instructor), que corresponde al 4to. grado de iniciación real en la Logia Blanca. Su misión es impartir luz a la humanidad.

Desde 1999 se encuentra viajando por Sudamérica, México y los Estados Unidos para compartir sus conocimientos e impulsar la creación de Escuelas Iniciáticas Esotéricas. Constantemente participa en charlas y conferencias sobre cómo desarrollar las facultades espirituales; salud y armonía; diversas técnicas de meditación, entre otras.

En su visita a los diferentes países imparte interesantes prácticas, como la gimnasia psicofísica, que busca la integración del cuerpo y la mente mediante movimientos armónicos. El yoga, para conectarse con la mente y alcanzar el bienestar. También trabaja con ejercicios de respiración como el Oi Gong y variadas técnicas de meditación.

Su grado de Gurú implica la práctica de estrictas disciplinas diarias, desde las 6 de la mañana hasta la noche. Durante un día debe cumplir con la gimnasia y ritual del amanecer, la energetización y pranayama, el ceremonial cósmico, la práctica del yoga y varias actividades más relacionadas con su instrucción como Maestro.

El Maestro comenta riendo, “Ay, Gran Maestro, ¿por qué me escogiste a mí?”. Pues es una tarea muy dura la que desempeña diariamente; ha tenido que abandonar a su familia y cambiar muchos hábitos de su vida. En una pequeña bitácora relata bajo qué circunstancias conoció a sus Maestros que lo eligieron para que siguiera por ese camino de irradiar la luz del conocimiento.

Pedro Enciso conoció a su maestro, el Doctor José Manuel Estrada, en Monterrey, hace 40 años aproximadamente. Lo vio por primera vez en un programa de televisión, donde el Maestro Estrada era el entrevistado de “Esta noche hablamos” con Jorge Galván. Vio pocos minutos del programa y se interesó en aquel personaje de cabello blanco y luengas barbas. Decidió acudir al canal de televisión. Lamentablemente le contaron que fue una entrevista pregrabada, pero le dieron información sobre una conferencia que sería dictada por el Maestro.

El tema de la conferencia fue “El papel de los hippies en la sociedad”, tema que le pareció un tanto curioso. El auditorio se encontraba repleto de aquellas personas que protagonizaron un desorden gritando a toda voz que ellos eran el futuro de la humanidad, un grupo privilegiado, etc. Cuando el Maestro ingresó en el auditorio hubo silencio total y comenzó con la conferencia demostrando su gran sabiduría, que cautivó profundamente a Enciso, haciéndolo interesarse cada vez más.

Las personas interesadas en la conferencia fueron invitadas a una reunión organizada por Estrada para conformar la primera mesa directiva que trabajaría para cumplir con los propósitos de la Gran Fraternidad Universal. Pedro Enciso fue el secretario y levantó el acta de esa reunión en Monterrey.

Debido a asuntos laborales, Enciso se trasladó a Guadalajara con el propósito de abrir nuevos mercados para la empresa en la cual trabajaba, la NAPKO, S.A. y le comunicó sobre esta situación al Maestro, quien le entregó una dirección en esa ciudad. Al llegar a Guadalajara lo primero que hizo fue ir a esa dirección dada, en donde encontró un centro de Yoga y Artes Marciales.

Conoció en este centro al Maestro Getuls Alonso de Jesús Rosado, quien le invitó a practicar el Yoga y le propuso ir más allá si estaba verdaderamente interesado en el mensaje del Maestro Estrada. Pedro aceptó y desde aquel momento se ajustó a una estricta disciplina de ser ovo-lacto vegetariano, no ingerir bebidas alcohólicas, ni tabaco, ni café, bañarse con agua fría todos los días y practicar yoga.

Así comenzó el proceso de iniciación del Maestro Gurú Pedro Enciso, que desde entonces cambió, de la noche a la mañana, toda su vida; la vida de un mexicano con posibilidades económicas, familia y amigos para iniciar con un nuevo camino, el de la superación interior, y asumir un compromiso con la humanidad, para ser un elemento de luz que ilumine a la conciencia de las personas en un mundo lleno de incertidumbre y confusión.

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