Quiero que compartas tu otro mundo, ese de las canchas y los goles… ¿Cómo nació tu pasión por el fútbol?
“Desde que le vi al Tin”, veía el fútbol por la tele y me gustó. También creo que tengo influencia desde pequeño de mi papá que le gusta mucho el deporte. Un día jugué el fútbol y me dí cuenta que era bueno y a uno siempre le gusta lo que hace mejor (entre risas).
Siempre fuiste una persona fuerte y extrovertida, ¿crees que el fútbol se relaciona con tu forma de ser al emplear esa potencia y energía para canalizarla en las redes?
Creo que sí, porque el fútbol no es solo jugar a la pelota sino también tiene que ver con el temperamento y personalidad de cada uno, hay que tener ciertos rasgos de carácter.
Yo me “picaba” cuando perdía, siempre quería ganar. Pienso que eso es bueno porque te hace competitivo, quieres seguir mejorando y vas subiendo tu nivel.
Cómo definirías al fútbol en tres palabras…
Potencia, cerebro y arte.
Ahora que tienes la oportunidad de entrenar con el mejor equipo de América, la LDU, ¿cómo te sientes?
Me siento súper bien, me siento en mi ambiente porque hay un vínculo que nos une a todos: nos gusta el fútbol y queremos llegar a ser profesionales.
Desde afuera lo que se ve es la “pantalla” del club deportivo, que uno está por encima de los demás chicos, tienes un mejor trato, te pagan, eres especial…Pero en realidad es complicado porque el nivel futbolístico es muy alto y te exige mucho, es difícil estar ahí.
¿Cómo funcionan las subdivisiones de las ligas?
Existen dos modalidades y se van alternando año tras año. Se entrena oficialmente desde la sub 14 y sub 15, estas ligas se abren todos los años y son siempre estables. Lo que varía son las otras divisiones, por ejemplo en este año están trabajando la sub 17 y 19, el próximo año se abren la sub 16, 18 y 20, así se va alternando cada año.
¿Se relacionan los jugadores profesionales con los chicos que entrenan?, ¿cómo es esa relación?
Sí, existe una fuerte relación porque la sub 19 es prácticamente considerada como una liga profesional y algunos de sus jugadores pueden ser reservas del equipo profesional. Muchos días de la semana entrenamos juntos y se nos considera como un solo grupo.”Hacemos fútbol con ellos y se logra entablar una amistad también”.
Podrías contarme alguna anécdota divertida sobre tus compañeros del equipo…
La mayoría de compañeros son de raza negra y les gusta mucho bailar el reguetón y la salsa en media cancha. A veces como calentamiento jugamos al “torito”, se ponen los jugadores en forma de rombo y uno pasa al centro a tratar de interceptar la pelota; debe “quitar a un toque de bola”, si te hacen 21 toques pierdes y la penitencia es bailar en el centro. Mis compañeros se esfuerzan por no perder los toques pero llegado el momento no tienen mayor problema en hacer la penitencia (risas).
¿Cuál es el jugador al que más admiras?
Dentro del género nacional podría mencionar muchos nombres, a grandes jugadores de este u otros tiempos pero para mí un jugador realmente especial es el Tin Delgado. Él se encontraba en sus mejores momentos en esa etapa de la vida en que yo me estaba formado y decidiendo qué quiero ser. Sea el mejor o no, fue mi modelo e inspiración.
¿Qué futuro le ves al fútbol ecuatoriano?
Creo que el futuro del fútbol ecuatoriano es muy bueno por las divisiones formativas y las escuelas de fútbol que existen en donde los niños comienzan a entrenar. Yo, por ejemplo, he estado desde los 12 años entrenando en los equipos, conozco el nivel interno de los juveniles que actualmente están ascendiendo. A muchos he visto desde niño y nos hemos reencontrado en la sub 19, pero ahora han alcanzado un gran nivel que lo van a seguir subiendo mucho más.
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